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Espacio dedicado al estudio de la masonería.
Aquellos trabajos y artículos que expondré son exclusivamente de mi autoría con influencias de trabajos que se desarrollan en la Resp.'. Log.'. Unión y Constancia N° 214 del valle de Junín, que trabaja bajo los auspicios de la Gran Logia de la Argentina de Libres y Aceptados Masones.

sábado, 9 de enero de 2016

Tenebroso: el fin de lo curioso

Por definición, la curiosidad es cualquier comportamiento inquisitivo natural, evidente por la observación en muchas especies animales, y es el aspecto emocional en seres vivos que engendra la exploración, la investigación, y el aprendizaje. Esencialmente, describe un número desconocido de mecanismos del comportamiento psicológico que tienen el efecto de impulsar a los individuos, humanos y no humanos, a buscar la información y la interacción con su ambiente natural y con otros seres a su alrededor.
Ahora bien, en masonería la curiosidad es, acompañada de nuestras herramientas, el motor que guía el estudio, el aprendizaje y el avance en cada una de nuestras carreras masónicas.
Al momento de la iniciación, el VM pregunta al profano:
  • ¿Solicitó usted espontáneamente ser recibido francmasón?
  • ¿No es la curiosidad lo que le ha inducido a venir aquí?
La espontaneidad en el sentido definitorio de la palabra, habla de la oposición a la razón. De un proceso instintivo que se aparta de la razón para tomar decisiones.
Con respecto a la pregunta, es muy difícil que alguien no piense dos veces el hecho de entrar a una sociedad tan compleja como la que nos concierne. Por lo que el profano suele contestar por la negativa.
La segunda pregunta tiene que ver con el motivo de la plancha.
¿Será la curiosidad lo que induce al profano a querer ser recibido francmasón?
Es una pregunta que en general presenta dudas y el profano no sabe muy bien qué contestar. Si dijera la verdad, en la mayoría de los casos, diría que sí.
Luego, otra de las preguntas, expresa lo siguiente de manera muy enfática:
  • ¿Cómo no conociendo la Francmasonería se ha decidido a solicitar su ingreso en la Orden?
Entonces, no hay nada más ni nada menos que la aparición de lo curioso.
El motor del avance es la curiosidad. Si pensamos y confiamos en que el camino para lograr nuestros objetivos es indefectiblemente el que hemos decidido a recorrer, la curiosidad va a ser quien intente ratificarlo con hechos.
Si la masonería me hará un mejor hombre, si elevará mi espiritualidad, mi capacidad de razonamiento; si mis conocimientos masónicos me hacen concebir la masonería como una actividad y una práctica diaria; si mis prácticas masónicas tendrán frutos sobre los que me rodean… La curiosidad alimentará la búsqueda de esos logros, me hará querer explorar los conocimientos masónicos, y hará que aprenda de los símbolos a quienes este mismo motor instará a que me brinden sus conocimientos.
La curiosidad lo es todo en la carrera contra uno mismo por aprender y crecer masónicamente. La curiosidad debe ser quien motive a solicitarnos toda la instrucción y educación masónica que se necesite para completar los desafíos de cada grado. A través de la curiosidad, estos conocimiento adquiridos también serán puestos a prueba, todo el tiempo se deberá recurrir a ellos para pensarlos, repensarlos y volver a practicarlos.
Tenebroso, es el desinterés, como oposición a lo curioso, el desinterés marca un estancamiento en las prácticas masónicas. El fin de la lectura, del aprendizaje, de las ganas de saber más, de más lectura, de asistir a más ten, de escribir más trabajos, de la masonería en sí misma...


...Tenebroso es, el fin de lo curioso.

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